"Los romanos consideraban tan exquisito el arte del MOSAICO que pensaban que solo podían crearlos las MUSAS o los favorecidos por ellas".

​

Muy cerca del Mosaico romano del siglo IV dedicado al dios Baco, la familia Domingo guardo otro tesoro, que es su herencia más preciada: el viñedo. Situado a más de 900m de altitud, aún conservan cepas pre-filoxéricas de más de cien años y el auténtico clon original de la Ribera del Duero: el Tinto Fino.

Los vinos de Mosaico de Baco honran al tiempo la veneración de los romanos al dios del vino, y el saber hacer de las gentes que han vivido desde entonces del trabajo de su tierra.